ÁNGEL UMPIERREZ UN NIÑO QUE PRONTO CUMPLIRA 80 AÑOS |
por Pablo Dobrinin |
Mucha gente no sabe quién es Ángel Umpiérrez. Pero basta con que les mencione a Don Cristóbal o les muestre una viñeta de este genial personaje para que el rostro se les ilumine con una sonrisa. Luego todos lo recuerdan con cariño y finalmente me confiesan su sorpresa al enterarse de que el dibujante es uruguayo. Y esto es así , porque este señor siempre ha mantenido un perfil bajo. Pertenece a esa generación de artistas que nunca se la creyeron y siempre trabajaron en silencio. Contemporáneo de Fola y Suárez, vivió en una época donde dedicarse al cómic era un verdadera insensatez, o para decirlo mejor, un acto de fe. Hoy cuenta con setenta y nueve años. Nadie lo diría, no tiene una sola arruga en su cara siempre afable y ni siquiera ha perdido el cabello. Su lucidez es envidiable. Es como si el humor lo mantuviese siempre joven. Vive con su esposa en un apartamento de la calle Uruguay. Al entrar en él uno se encuentra con una vivienda bien puesta, donde es posible disfrutar de sus cuadros al óleo y alguna escultura que la embellecen aún más. Umpiérrez ha logrado lo que muy pocos compatriotas: poder vivir de su arte. En el transcurso de esta entrevista que me concedió en marzo de 1999, se mostró sumamente hospitalario y humilde, como si no terminase de comprender lo que uno ya sabía, que se trata de una verdadera institución del cómic nacional. |
UNA PRUEBA DE FUEGO - ¿ Dónde y cuándo nació? A- Nací en
Montevideo, el 22 de julio de 1920. - ¿ Cómo se inició su vocación de dibujante?
A- Después estudié en la escuela industrial para ayudante de arquitecto, cuatro años. Había dibujo técnico, dibujo clásico, porque le estoy hablando del año 34, en ese tiempo la arquitectura tenía molduras y aquel objeto super gigante que sostiene los balcones, caras, todas esas cosas que en casas viejas quedan muchas todavía. Entonces tenía clase de ese tipo de dibujo y dos años de escultura con el escultor Luis Cantú, que fue el que hizo el monumento a Florencio Sánchez, un monumento enorme que al fin y al cabo, por rubro no se hizo se hizo todo y quedó la cabeza sola puesta en el Parque Rodó. La escultura me gustaba porque estaba dentro de lo mío y el dibujo de arte también me gustaba, después teníamos matemática y lo demás. Pero yo lo que quería era otra cosa. Ya en el cuarto año hice dibujos para diarios. En la época de la dictadura de Terra había un diario opositor muy popular llamado Uruguay. Un diario muy grande y muy lindo que estaba en Agraciada y Galicia. Hay una cosa que para mi fue muy importante, porque uno dice yo soy autodidacta, no fui a aprender dibujo a ningún lado, para el dibujo específico de la historieta no había academia, no había nada. Uno es autodidacta pero necesita de otros, de quien lo apoye en una cosa, un consejo... Cuando yo estaba aprendiendo arquitectura hice unos dibujos y los llevé al diario Uruguay. Los dibujos los llevé en papel garbanzo, que de ahí no se puede publicar nada, un papel amarillo, horrible. Yo no conocía el material, no tenía la menor idea de cómo se trabajaba. Me atendió , por suerte, un señor que se llamaba Lena, nunca me voy a olvidar del apellido. Creo que era administrador del diario, y yo no sé si me vio las ganas de trabajar o... no creo que hubiera en esos dibujos perspectiva de que pudiera ser un dibujante, pero me dijo," mirá, vamos a hacer una cosa, vos venite todos los días al diario y te vas al taller de los dibujantes- había cuatro o cinco dibujantes argentinos muy buenos- vas a estar ahí, mirá, aprendé , dibujá, hacé lo que querés y mientras tanto yo te doy quince pesos por mes y vos venís y una vez a la semana me traes a mostrar los dibujos que hiciste." Y así marché, yo te juro, no comía, muchos días no fui a almorzar por quedarme ahí en el diario , porque para mi era un mundo aparte, algo divino, el olor, el ambiente, todo, era lo que yo quería. Y aprendía la manera, el material, y como trabajaban los dibujantes, eso lo aprendí ahí. Hasta que un día le llevé un dibujo y me dijo empezá a hacer lo que vos querés y lo empezamos a publicar en un suplemento. Ese fue el inicio, después salté a Tribuna Popular, donde estuve añares retocando mapas y fotos. Yo era muy amigo de Fola, el dibujante, pero muy amigo, de quedarse a dormir en la casa y todo. El ya trabajaba para La Razón, de Buenos Aires y un día me dijo: " porqué no hacés un dibujo y yo te presento a Peralta Ramos, que era el director de La Razón a ver si te lo pone." Ahí fue que hice la historieta Don Cristóbal, en el 42. El objeto de hacerla muda era para poder venderla en el exterior. En esos tiempos en Uruguay si hacías una historieta no te la compraban porque había que hacer grabado, iba todo en chapa y eso costaba mucha plata. Fuera de fronteras.
- Muchos creadores se han quejado de problemas a
la hora de comercializar su obra. Piense por ejemplo lo que le pasó a José Rivera, que
un agente perdió sus originales de Ismael, su trabajo más importante. ¿Usted tuvo
algún tipo de dificultad en ese sentido ? Don Cristóbal - ¿ Don Cristóbal fue evolucionando a medida
que usted maduraba como ser humano? - Yo a Don Cristóbal lo veo de la siguiente
manera... - ...Como un personaje esencialmente bueno, que
se pone feliz con las pequeñas cosas, sencillo, con alguna picardía, pero sin pasarse de
tono. Siempre un humor muy sano. - ¿Cree que este personaje refleja en alguna
medida su propia personalidad? - ¿ Qué otros personajes realizó además de
Don Cristóbal ? - Usted prefiere el humor mudo... |
LOS RECURSOS DEL ARTISTA - Cuándo se sienta frente a una hoja en blanco
para crear una tira humorística, ¿ cuáles son las cosas que toma en cuenta ? |
EL AMIGO FOLA - ¿ Qué influencias reconoce en su obra? - ¿ Qué opinión le merece el trabajo de Fola
y Suárez ? |
LA ALEGRIA DE DIBUJAR - ¿ Cree que dibujar historietas es una forma
de seguir alimentando a ese niño que todos llevamos dentro? |